Se transcribe aquí un artículo sobre las vías pecuarias en León, donde se hace referencia a algunas que pasan por Benllera (resaltado en azul). |
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Las vías pecuarias en León Importancia de las vías pecuarias en la provincia de León La provincia de León es la única a la que acceden tres de las grandes cañadas. Su compleja subdivisión en diferentes cordeles, veredas y coladas al aproximarse al área montañosa del Norte de la provincia, da idea de la importancia que ésta tuvo como cabecera de las vías más largas y quizá de las más transitadas en épocas recientes entre las cañadas de la Mesta. Las vías pecuarias de León tienen una longitud de 2.386 Km. y ocupan una extensión de 6.261 Ha. (ZARCEÑO, 1988). A pesar de su entidad, su conocimiento sigue siendo deficiente, como lo demuestra el hecho de que en numerosos municipios las vías pecuarias no están aún clasificadas y, menos aún, deslindadas. La red pecuaria constituye en León un patrimonio de primer orden, no sólo por su importante función todavía vigente como vía utilizada por los rebaños trasterminantes y trashumantes, que las utilizan para acceder, respectivamente, desde los regadíos del sur de la provincia o desde las estaciones de embarque ferroviario hasta los puertos de montaña, sino también por el valor cultural y ecológico de determinadas infraestructuras aún existentes: descansaderos, abrevaderos, puentes, portazgos, contaderos, etcétera. Su valor paisajístico viene, en parte, determinado por la vegetación que sobre ellas se desarrolla. Las vías pecuarias no son sólo lugar de paso, sino también verdaderos "pastos longitudinales" donde el ganado se alimenta mientras camina, y, al tiempo, abona, generándose un suelo fértil que aún hoy día destaca como banda de amenidad y diversidad de flora y fauna, en medio de pedregales, viñedos, páramos o secanos labrados. Se reconoce así claramente el distinto carácter de los pastos cañariegos y los de las zonas adyacentes, siendo, en general, los primeros de mejor calidad, más estables y estructurados. De León a Extremadura. Las grandes vías de la Mesta Entre las muchas consecuencias que sobre la estructuración del territorio de Castilla tuvo el antiguo negocio de la lana, hay que destacar la creación de la extensa red de caminos específicos y sus infraestructuras de apoyo. León es cabeza de tres de las más importantes cañadas reales: la de La Plata -conocida también a partir del trabajo de Dantín (1936), como «La Vizana»-, la Leonesa Occidental y la Leonesa Oriental. Una síntesis de su recorrido entre los puertos y extremos puede verse en RODRIGUEZ PASCUAL y GÓMEZ SAL, 1991b. Describimos ahora brevemente cuáles son los grandes rasgos de su recorrido en León y el camino que toman una vez que abandonan esta provincia. La cañada de La Plata o de La Vizana se forma por la confluencia de varios cordeles que bajan de las comarcas más occidentales de la provincia -Laciana, Babia, Luna y Omaña-, y se unen por diferentes caminos en Astorga o La Bañeza. En Astorga se incorporan dos cordeles: el primero recorre La Maragatería desde el puerto de Foncebadón, otro llega directo desde León capital. Desde Astorga la cañada -coincidente en este tramo con el camino jacobeo- continúa por La Bañeza hasta las proximidades de Alija del Infantado, donde cruza el río Órbigo por el puente de La Vizana, cuyo nombre se ha utilizado para nombrar al conjunto de la cañada. Abandona la provincia de León y ya en tierras zamoranas bordea Benavente, donde se le incorpora otro cordel procedente de León por la vega del Esla, no que cruza por el puente de Castrogonzalo. Desciende hasta Zamora capital, y a la ciudad de Salamanca que bordea por el Oeste hasta el puente medieval sobre el Tormes, junto al que solían pasar la noche los rebaños. Desde Salamanca, la cañada enfila el puerto de Béjar para después descender hacia La Vera y Plasencia. Cruza el río Tajo por el puente del Cardenal (hoy bajo las aguas del pantano) y atraviesa el hoy Parque Natural de Montfragüe. Pasa el río Almonte y el puente de La Lavandera, para terminar en Trujillo donde se unirá a la Cañada Leonesa occidental. La Cañada de la Plata es la mas corta de las leonesas, ya que con una longitud total de, aproximadamente 480 Km., "tan sólo" cruza las provincias de León, Zamora, Salamanca y Cáceres. La cañada Leonesa Occidental en sus inicios recoge principalmente los ganados de los puertos situados en las cuencas altas del Bernesga y Torio, comarcas de La Tercia y La Mediana, en la montaña central. Los diferentes cordeles que la forman se dirigen hacia la ciudad de León, la bordean y se unen en Puente Castro antes de cruzar el río Torio. La cañada continúa por el puente Villarente, donde se le une una cañada importante provedente de La Vecilla y Valdelugueros, en la cuenca alta del Curueño. Sigue hacia Mayorga de Campos, ya en la provincia de Valladolid, donde también recoge otro cordel que procede de Boñar y Puebla de Lillo, en el alto Porma, y de la montaña de Riaño. Prosigue por Medina de Rioseco, Tordesillas, donde atraviesa el Duero, Medina del Campo y Arévalo. Cruza, a continuación, la Sierra de Gredos por los puertos de Menga y El Pico y desciende hacia el Valle del Tiétar y Navalmoral de la Mata para salvar el Tajo por el puente de Almaraz. Atraviesa el puerto de Miravete, y ya en Trujillo se le incorpora la de La Plata. Después de cruzar Medellín muere en las proximidades de Segura de León en la provincia de Badajoz. Con una longitud aproximada de 650 Km., esta cañada cruza las provincias de León, Valladolid, Avila, Toledo, Cáceres y Badajoz. La cañada Leonesa Oriental nace en los puertos situados al Norte de Maraña y La Uña, en la montaña oriental o de Riaño, y reúne los ganados de las comarcas de Váldeburón y Tierras de la Reina -cuenca del Esla-, además de algunos valles de la vertiente cantábrica como Valdeón y Sajambre, que confluyen en el puente de Pedrosa del Rey. Continúa por el puerto de El Pando y Las Lomas -montes situados al Oeste de Prioro- para salir de León por Valcuende. Cruza en casi toda su longitud la provincia de Palencia, a través de su capital e incluyendo los ríos Carrión y Pisuerga. Antes de abandonar la provincia se desdobla en dos ramales: uno, por Dueñas y Cabezón, y otro, por Tariego, donde cruza el Pisuerga. Ambos ramales se vuelven a juntar en el Páramo de Cabezón. Entra en la provincia de Valladolid, cruza el río Duero en Tudela y la abandona en las proximidades de La Puente Blanca sobre el río Pirón. Bordea la provincia de Segovia, contorneando Coca y Villacastín para alcanzar el Campo Azálvaro. Cruza la Sierra de Ávila y baja hasta Cebreros para salvar el Alberche por el puente de Valsordo y los ricos pastos de Navahondilla. Se interna un corto trecho en la provincia de Madrid en el término de Las Rozas de Puerto Real corta la provincia de Toledo desde Almendral de la Cañada y Velada, hasta el Puente del Arzobispo, sobre el río Tajo. La cañada recorre un corto tramo en la provincia de Cáceres y atraviesa totalmente de Norte a Sur la de Badajoz. Cruza el Guadiana por la barca de Peloche y más al Sur también el Zújar, entre Esparragosa y Campanario. La cañada recorre los extensos pastizales sin arbolado de La Serena -las dehesas que aún utilizan algunos rebaños de ganaderos leoneses- y va a morir en Montemolín, cerca del limite de la provincia de Badajoz con las de Sevilla y Huelva. Esta cañada es la que menos recorrido tiene en la provincia de León, ya que sólo la afecta en su borde nororiental. Corta prácticamente enteras las provincias de Palencia, Valladolid y Badajoz, y secciona en trechos menores, además de la de León, las de Segovia, Ávila, Madrid, Toledo y Cáceres. Con, aproximadamente, 750 Km., es la más larga de las cañadas de la Mesta. Generalmente, los pastores leoneses no utilizaban una única cañada para desplazarse a extremos. Al inicio o al final del camino solían pasar de una a otra a través de «coladas», traslado que se realizaba en función de circunstancias tales como el estado del pasto en las cañadas, la localización de las dehesas de invernada, las condiciones climatológicas y más recientemente las invasiones de la cañada por los cultivos. Principales vías pecuarias en León. Utilización actual. Existen dos tipos de utilización de las vías pastoriles en León; el primero es el uso de los tramos superiores de las vías pecuarias cercanas a las estaciones ferroviarias de desembarque y, a partir de ellas, diferentes rutas hacia los puertos; es éste un uso poco intenso que sigue itinerarios muy fijos y que es realizado principalmente por ganaderos trashumantes, en la actualidad ya muy poco numerosos. El segundo tipo de utilización corresponde a vías del sector occidental de la provincia que les sirve a los ganaderos trasterminantes para, alcanzar los pastos de invierno de la vega del Órbigo y los regadíos del Páramo. Esta última es una actividad económica más dinámica que, incluso, incorpora nuevos caminos como los creados por la concentración parcelaria: apoyándose en las rutas antiguas ha ido creando por el uso una nueva red en las cercanías de los pastos de invierno. El resto de las vías pecuarias y en particular los tramos del Sur de la provincia no tienen más que una utilización local por ganaderos estantes de los pueblos próximos a aquéllas. Destaca, en este sentido, el escaso o nulo uso como vía de tránsito de la Leonesa Occidental a partir de la ciudad de León, o de la Leonesa Oriental en la provincia de Palencia. En ambos casos se trata de dos vías bien conservadas y delimitadas en estos tramos, y que fueron utilizadas si bien ya de forma ocasional- hasta fechas muy recientes. A continuación, hacemos una síntesis de los cordeles vigentes y una valoración del grado de su utilización en los tres grandes sectores en que hemos dividido la montaña. Montaña occidental A los puertos de esta extensa zona se accede por dos importantes cordeles: el de Laciana y el de Babia, que confluyen en las proximidades de Pandorado, donde se formaría e iniciaría su andadura la cañada de La Vizana (DANTÍN, 1936). El lugar ocupa una posición central en el valle del río Omañas, en una loma de perfil suave -pando, en la terminología leonesa-, donde se encuentra la ermita de Pandorado. Cordel de Laciana Recoge el ganado principalmente de los puertos más occidentales, sobre todo de los municipios de Villablino y Palacios del Sil, ambos de aguas vertientes a la cuenca del Sil. Destacan los puertos de Caboalles, Orallo y Sosas de Laciana. Atraviesa Villablino, por el mismo centro de la villa, hasta el pueblo de Ríoscuro y sigue la carretera que sube a Omaña hasta El Villar de Santiago por el valle que forma el llamado río del Puerto. En el Villar se desvía de la carretera hacia la izquierda. Continúa en fuerte pendiente, para salvar el desnivel existente entre las cuencas del Sil y del Duero, hacia La Vega de la Mora, amplio valle situado en los aledaños de la divisoria, lugar tradicional de dormida y nudo de cordeles. En este lugar se incorpora, por la izquierda, el cordel que viene de Santa María del Puerto de Somiedo (en el límite con Asturias) y que pasa por La Corta, Merey, Vega de Viejos y Quintanilla de Babia. Estos pueblos se sitúan en el valle que forma el río Sil en sus inicios. Por este lado, el cordel también recoge los ganados de la Babia Alta, zona coincidente con el actual municipio de Cabrillantes. Por la derecha, accede el ganado de los puertos de Vivero, lugar que pertenece al municipio de Murias de Paredes, pero situado en la vertiente del Sil; comunica con La Vega de la Mora por Los Bayos y el Alto de la Mora. Desde La Vega de la Mora, el cordel sube al collado de Villabandín, divisoria de cuencas entre el Sil y el río Omañas, cercano a la mayor altura de esta sierra, el llamado Alto de la Cañada, con 2.154 m. Baja al pueblo de Villabandín por el arroyo de la Valgran, atraviesa Rodicol y, en las proximidades de la Ermita de La Seita, se desvía de la carretera hacia el lugar conocido como La Seita, sitio tradicional de dormida en el término de Villadepán, en la vertiente solana del Alto de La Cañada. Desde aquí desciende por una suave y prolongada cuesta hacia Vegarienza, junto al río Omañas, empalmando en la carretera que recorre longitudinalmente el valle. Continúa por la misma hacia El Castillo. Se desvía remontando uno de los afluentes del Omaña por Santibáñez de Arienza y, dando un rodeo, empalma con la carretera de Salce, hasta el santuario y Ventas de Pandorado. Cordel de Babia Recoge el ganado de los puertos de Babia de Abajo, municipio de San Emiliano (Babia Baja), y de algunos pueblos más orientales del municipio de Cabrillanes (La Fiera, Torre de Babia...); en general, los que pertenecen a la cuenca del Duero. Más abajo incorpora también veredas de puertos del municipio de Sena, ya en la comarca de Luna Alta. Nace el cordel en el puerto de la Mesa, por encima de Torrestío -pueblo conocido por ser cuna de pastores vaqueiros, que se desplazaban en invierno a zonas próximas a la costa asturiana-. Incorpora los ganados del puerto de Ventana y de los puertos situados en los alrededores de Peña Ubiña. Desciende por la carretera, atravesando Torrebarrio, Candemuela y San Emiliano, capital de la comarca de Babia Baja. En las proximidades del puente Orugo se une con el cordel comentado de Cabrillanes. Continúa por la carretera principal de Babia, que recorre longitudinalmente la comarca, pasa por Villafeliz, Ermita de Pruneda (divisoria de Babia y Luna), Rabanal y Sena de Luna. En este último lugar empalman los ganados procedentes de la Rinconada de Caldas (Robledo de Caldas, La Vega de Robledo y Caldas de Luna), que cuenta con el mayor censo merino de toda la provincia, con gran tradición trasterminante a la ribera del Órbigo. Desde Sena el cordel se dirige hacia Santa Eulalia de las Manzanas (lugar abandonado por verse afectado por el pantano de Luna) y se dirige hacia el Sur por Las Focicas de Abelgas, lugar tradicional de pernocta. Desde allí, por el puerto de El Cuartero de Mallo y Las Brañas de La Urz, remonta el piedemonte de la Sierra Filera, para rodearla por su parte oriental, e ir a salir a la cabecera del llamado monte de los Frailes, valle frondoso que desemboca en el arroyo de Irede. El cordel va a salir al lugar denominado Matacorral, por encima de Bobia. Desde aquí desciende hacia Bobia y gira hacia el Oeste para dirigirse hacia Pandorado atravesando Soto y Amio, Oterico y Riello. En las proximidades de la ermita de Pandorado, en el denominado Campo de Dios, se formaría la cañada de la Vizana (DANTÍN, 1936) por la confluencia de los anteriores cordeles. Cañada de La Vizana (también llamada de La Plata, Mozárabe o Real Coruñesa) Desde el citado Campo de Dios, la cañada se dirige hacia La Garandilla, bien por Inicio o por Trascastro, según los años de siembra, aunque últimamente se utilizaba más el primero, pues tiene un puente estable de piedra sobre el río Omaña, mientras que el de Trascastro era de madera y hace años que se lo llevó el río. Ultimamente, los ganados que bajan por el cordel de Babia no utilizan este trozo de cañada, sino que desde Soto y Amio van directamente hacia La Garandilla por Carrizal a través de un cordel «consentido» por los pueblos y, en parte, por una carretera de poco tráfico. A partir de La Garandilla, lugar tradicional de venta y posada situado en la confluencia del río Omañas con el de Valdesamario, la cañada, por las proximidades de La Utrera, que deja al Este en el fondo del valle, sube hacia el Alto de La Garandilla, relieve que separa la cuenca del Omañas, de la llamada Hoja de Carrizo. Es ésta una zona de relieve suave, que forma parte del conjunto de páramos que delimitan la cordillera por el Sur. Por la Hoja de Carrizo la cañada desciende suavemente hacia el río Órbigo a través de Los Chanos y la Lagunona hasta la ermita de El Villar, en las proximidades de Carrizo de la vera. Cruza el río Órbigo y Villanueva de Carrizo, donde toma el nombre de cañada de Roderas; se dirige a Celadilla del Páramo, Villarrín y Santa María del Páramo. A partir de allí, y utilizando el cauce del arroyo de la Huerga, rico en pastos frescos y majadales, cruza todo el páramo y, a través del pueblo de Moscas, alcanza Valcavado y su estación de ferrocarril, que fue utilizada durante mucho tiempo por ganado trashumante, sobre todo en la «subida». En sus inmediaciones, en la dehesa de Mestajas, los trashumantes alquilaban sus pastos y el ganado descansaba durante dos días, con lo que reponía fuerzas antes de emprender el camino hacia la montaña. En La Garandilla existe otra vía pecuaria muy utilizada, la Colada de Ferreras. Desde el Alto de La Garandilla se dirige por las proximidades de Escuredo hacia Ferreras, lugar de reposo donde los rebaños suelen pasar la noche. A partir de aquí, y a través de La Hoja, sin encontrar ningún pueblo durante más de 20 Km., se dirige por la Venta de la Perdiz a San Román de la Vega y San Justo de la Vega, muy cerca de Astorga, en el valle del río Tuerto. Desde este lugar se dirige a Astorga, donde durante mucho tiempo se realizaba el embarque. La cañada continuaba por la vega del río Tuerto, a través de Nistal, para alcanzar la Vía de la Plata y dirigirse hacia el Sur por Palacios de la Valduerna y La Bañeza. Continúa por la margen derecha del Órbigo hasta la Nora y Alija del Infantado -antes Alija de los Melones-. En esta zona se encuentra totalmente perdida por la transformación del terreno para regadío. Abandona posteriormente la provincia de León en el término de Alija del Infantado, y el famoso puente de La Vizana, que desde el mencionado trabajo de DANTÍN (1936) se utiliza para dar nombre a la cañada. Cordel de Villadangos Volvemos a Bobia por tierras de Omañas, para retomar el cordel que bajaba de Babia y Luna. El cordel ya comentado giraba bruscamente hacia el Oeste para dirigirse al Campo de Dios en Pandorado. Desde Bobia se desvía hacia el Este un cordel que se dirige hacia Villadangos por Camposagrado. El citado cordel acompaña a la carretera de Omaña en Quintanilla y pasa por Canales y La Magdalena, donde cruza el no Luna. Se desvía por la carretera de Ríoseco y enseguida tuerce hacia la izquierda dirigiéndose a las proximidades de Benllera. Por la Cuesta del Caballo realiza la subida a La Hoja de Camposagrado. Esta cuesta representa el inicio del páramo y el final de la montaña, que en esta zona se corresponde con el territorio de Omañas. Por su carácter abrupto, la Cuesta del Caballo es una referencia muy nombrada por los pastores y la zona superior de la misma, justo antes del descenso, es lugar de acampada en la subida. En las proximidades de la ermita de Camposagrado el cordel se divide; el que sigue por la derecha en el sentido de bajada; es decir, el situado más al Oeste pasa por la Venta de la Cruz (hoy en ruinas) y a través de El Vallón desciende el Páramo y alcanza la carretera de León-Astorga entre San Miguel del Camino y Villadangos. Este es el denominado Cordel de las Raposeras. Desde la confluencia con la carretera, también Camino de Santiago, se mantiene paralelo a ella, pasa Villadangos, cruza el río Órbigo en Hospital y se dirige hacia Astorga, donde tradicionalmente, desde principios de siglo, embarcaban las grandes cabañas con destino a Extremadura. Cordel de León Se desvía del anterior -cordel de las Raposeras- en las proximidades de la Ermita y Ventas de Camposagrado y por la Cuesta de Rojeco alcanza Lorenzana. Desde aquí por el Valle del Campo enlaza con la estación de Campo de Santibáñez, utilizada aún por tres ganaderos trashumantes que utilizan puertos de Laciana y Babia. Este cordel empalma en Lorenzana con otro procedente de La Tercia (Montaña Central), que desciende siguiendo el valle del río Bernesga, y continúa por «las eras» -zonas algo elevadas en la parte posterior de los pueblos, al Oeste de los mismos -de Pobladora, Sariegos y Azadinos; alcanza Villabalter, San Andrés del Rabanedo y Trobajo del Camino. Desde aquí por la carretera de circunvalación de León se puede dirigir hacia Armonía, para coger el cordel de Ardón a Benavente, o bien encaminarse hacia Puente Castro y dirigirse hacia Valladolid, una vez que se ha unido a la Cañada Real Leonesa Occidental. Utilización actual de los cordeles, de la montaña occidental Los cordeles mencionados que confluyen en La Garandilla, para ramificarse de nuevo en el acceso a los puertos, son de los más transitados de la provincia. La mayoría de los rebaños trasterminantes de Babia, Laciana y Omaña que bajan a invernar en la ribera, utilizan en proporción similar las vías pecuarias antes señaladas: colada de Ferreras, cañada de Roderas y el cordel de Raposeras. La utilización de uno u otro está condicionado por la localización de los pueblos de invernada y de los puertos. Alrededor de 60.000 ovejas utilizan estos cordeles en la actualidad. También tiene una utilización bastante intensa el cordel que se acerca a León por Villabalter, San Andrés y Trobajo y que da salida a todo el ganado que pasta en primavera en todos los pueblos de secano del Alfoz de León. Montaña central Cordel de La Tercia y Gordón En esta comarca, situada en la cabecera del río Bernesga, el pueblo de Rodiezmo, antigua capital de municipio, situado en el valle que forma el arroyo del mismo nombre, es el nudo partidor de cordeles. Por el Norte llega la vereda a Camplongo por Villanueva de la Tercia, procedente de los puertos de Pendilla y Tonín. Por el Oeste afluye la vereda a Aralia, que, a través de la portilla y pueblo del mismo nombre, comunica con la cuenca del río Luna atravesando la cabecera del río Casares. Por el Este se aproxima el cordel de Cármenes por Fontún, Velilla y la collada de Cármenes. Una vez que confluyen los tres ramales, parte de Rodiezmo la principal vía de penetración de los trasterminantes en esta comarca: la Vereda de Buiza. Esta vereda alcanza Buiza por el collado de San Antón. Desde aquí por Beberino y Pola de Gordón remonta el arroyo de Los Barrios y por la collada de Urdiales baja a Santiago de las Villas y Carrocera, ya en la cuenca del río Luna. En Benllera, a través de la cuesta del Caballo, remonta La Hoja de Camposagrado y se une al cordel antes comentado, que desciende de la montaña occidental. Desde aquí los rebaños de La Tercia continúan hacia Villadangos o vía León por los cordeles que descienden por el mencionado páramo. El cordel de la Tercia tiene también una utilización importante, junto con el que se desvía por la collada de Cármenes, que se puede cifrar en unas 15.000 ovejas. La estación de ferrocarril de Villamanín ocupa un lugar estratégico respecto a los puertos en esta montaña central. El acceso a los mismos es bastante directo y rápido, con dos días de recorrido. Cordel de La Mediana (Cármenes) Los ganados trashumantes acceden a los puertos de La Mediana desde Villamanín por la collada de Cármenes, y desde este lugar descienden por una vía coincidente con la carretera actual. Los rebaños que continúan hacia Valdelugueros utilizan también la carretera transversal, la que comunica ambas cuencas por Genicera y la collada de Valdeteja, alcanzando el valle alto del río Curueño. Los ganados trasterminantes de La Tercia y Gordón, que en invierno utilizan pastos de La Vega del Condado y La Sobarriba, comarcas altas situadas cerca de León entre los ríos Tono y Porma, acceden por caminos vecinales o «campo a través» hasta Villanueva del Árbol, cerca de León, en la vega del Torio. Desde aquí, por la margen izquierda del Torio, alcanzan Pedrún y Pardavé, donde cruzan el río y a partir de entonces pasan a utilizar la carretera. El cordel asciende por Vegacervera, Las Hoces y Cármenes, donde se ramifica hacia los puertos. Cordel de Valdelugueros Como hemos citado anteriormente, existe una comunicación lateral desde Valdelugueros a La Mediana y La Tercia, a través de las colladas de Valdeteja y Cármenes. Esta comunicación es hoy bastante utilizada para unir todos los puertos de las cuencas altas del Curueño y Torio con la estación de ferrocarril de Villamanín, sobre todo por parte de los ganados trashumantes (ovejas y vacas). Existe también una comunicación lateral de estos valles con la ribera del Porma, que pasa desde Tolibia de Arriba a Rucayo y Camposolillo a través del collado de Valdemaría. La comunicación directa desde los puertos de Valdelugueros y La Vecilla con la Cañada Leonesa Occidental se realiza por la ribera del Curueño, margen derecha, y posteriormente por la del río Porma (Cañada Real de Boñar), que enlaza en este último pueblo con el puente Villarente. La Cañada Real se dirige desde León y Puente Castro a Valladolid por El Puente Villarente, Mansilla y Mayorga de Campos. Esta cañada apenas es usada actualmente por los trasterminantes. Sus pastos son aprovechados en algunos tramos por los ganaderos estantes de los pueblos próximos. Antiguamente, los cordeles provenientes de La Tercia, La Mediana y Valdelugueros bajaban hasta la ciudad de León por las márgenes del Bernesga, Torio y Curueño (tramo alto), la cruzaban, y agrupándose, formaban la Cañada Real Leonesa Occidental, que salía hacia Valladolid por el mencionado Puente Castro. Actualmente, muchos trayectos de ¡os cordeles que confluyen en León son intransitables para el ganado por la invasión de las carreteras, cultivos y el intenso tránsito rodado, obligando a los ganados a buscar vías alternativas en caminos con escasos cultivos en sus márgenes. Una de ellas es el mencionado cordel de La Tercia y Gordón, y otra el cordel que desde Boñar conduce los rebaños del Curuefio y el Porma, hacia la cuenca del Esla para alcanzar la estación de El Burgo Ranero. Montaña oriental o de Riaño La Cañada Real Leonesa Oriental nace en los puertos situados al Norte de los pueblos de La Uña y Maraña en los valles de Riosol y Valdosin, comarca de Valdeburón. Pasa por los pueblos de Acebedo, Lario y Burón. Desde las inmediaciones de este último la cañada ha quedado cortada en un tramo de 15 Km. por su inundación por el pantano de Riaño. Los pueblos por donde pasaba en este tramo, Escaro, La Puerta, Riaño, Pedrosa y Salio, han quedado también bajo las aguas. En Pedrosa, la cañada cruzaba el Esla Yuso por un hermoso puente de piedra, hoy sólo visible con aguas bajas. En este punto confluían los rebaños procedentes de Valdeón y Tierras de la Reina. Por las ruinas del pueblo de Salio la cañada asciende al puerto de El Pando para bajar a Prioro, en la cuenca del río Cea. Desde este pueblo se asciende a Las Lomas, relieves suaves que rodean la margen derecha del valle y vuelve a descender a la vega del mismo río, cerca de la ermita de Santa María de Vega, en Valierrueda. A partir de aquí, por Soto de Valaerrueda, Cegoñal y las inmediaciones de Valcuende, la cañada se interna en la provincia de Palencia. Desde Las Lomas a Palencia, la Cañada Oriental tuvo un tráfico de ganado bastante intenso hasta hace pocos años, ya que muchos ganados que utilizaban puertos de la montaña de Riaño desembarcaban en la estación palentina y a través de la cañada, bien conservada y llana en este tramo, accedían a los puertos con bastante facilidad. La cañada conserva en gran parte de su recorrido su anchura primitiva de 90 varas. Al empezar a utilizarse la estación de El Burgo Ranero, muchos ganaderos sustituyeron por ésta la estación de desembarque en Palencia, pues desde el Burgo es más corto el acceso a la montaña. Las Lomas es un lugar que todavía actúa como nudo de comunicaciones pastoriles; desde allí se desviaba un cordel (hace dos o tres años que se dejó de utilizar) que por La Red, y parte alta del caserio de Mental, Remolina y Las Salas se dirigía hacia los puertos de Puebla de Lillo, Cofiñal y puerto de San Isidro, en la cuenca alta del río Porma; la entrada en esta cuenca se realizaba por la collada de Viego, por la que se accede al valle de Reyero. Desde allí la cañada descendía al valle hoy inundado de Vegamián a través del lugar de Lodares. Por Camposolillo alcanzaba después los puertos de la cabecera del Porma. Cordel de El Burgo Ranero En la actualidad es el cordel más utilizado para el acceso de los ganados trashumantes a la montaña oriental. Desde Las Lomas, desviándose de la Cañada Real, el cordel toma dirección sur, desciende a El Otero de Valdetuéjar, asciende a Peñacorada y la bordea por su parte oriental. Desciende de nuevo al valle de las Casas, donde se inicia el páramo. El cordel continúa por el valle del río Corcos, prácticamente en toda su longitud hasta Llamas de Rueda, Villaverde la Chiquita y por la extensa llanura de Los Payuelos alcanza El Burgo Ranero. Antes de llegar a este último pueblo confluye por el Noroeste el cordel de la Varga, que comunica con el valle del Esla. Este cordel cruza la carretera de Mansilla a Riaño en Villahibiera y el río Esla en Gradefes. Se dirige por Villanófar y Villacidayo hacia Barrillos de las Arrimadas y alcanza la villa de Boñar por la ermita de San Roque. El cordel de la Varga todavía es utilizado por algún rebaño que accede a los puertos de Lillo desde la estación de El Burgo Ranero. Es la estación de El Burgo la que recibe en la actualidad más cantidad de ganado trashumante. A partir de allí, hacia el Sur el cordel ya apenas se utiliza. Continúa hacia Mayorga de Campos, donde enlaza con la cañada Leonesa Occidental. Es de destacar la escasa importancia de la trasterminancia en este sector oriental de la montaña, ya que tan sólo media docena de rebaños la practican. Esto se debe a que los puertos de la parte oriental fueron utilizados por grandes rebaños de las cabañas o por rebaños de «piaras», que efectuaban la trashumancia larga a Extremadura. La lógica de las cañadas. Su trazado en la provincia de León Recorrer las cañadas acompañando a los últimos trashumantes o a sus sustitutos, los ganaderos trasterminantes, permite apreciar el distinto significado que estas vías tienen si se comparan con las utilizadas para otros fines: las antiguas calzadas o caminos carreteros. Esta diferencia es apreciable especialmente cuando la cañada o calzada atraviesan territorios abruptos con dificultades para ser transitados. Las características del trazado de una vía pecuaria aparecen entonces más claramente diferenciadas de las de los caminos especialmente pensados para uso humano. Con valor relativo -con referencia a las cañadas leonesas en sus tramos más septentrionales-, comentaremos algunas de las características que diferencian las cañadas y las calzadas: -La primera, y que condiciona en buena medida las restantes, alude a su tapiz herbáceo (pastos longitudinales). Las ovejas obtienen el sustento en la cañada, y el abonado, pisoteo y pastoreo que ejercen determinan la existencia de una cubierta vegetal diferente de la de las zonas adyacentes. En la cañada predominan especies pascícolas adaptadas al diente de la oveja, distintas según las características de clima y suelo, pero, en general, ricas en leguminosas de los géneros Medicago, Trifolium, Lotus y gramíneas cespitosas como Poa, Festuca o Agrostis, especies adaptadas al majadeo y a la elevada fertilidad. El matorral suele ser escaso en la cañada, siempre menos abundante que en los baldíos adyacentes. -El trazado de la cañada no sigue la vía más rápida o directa, sino que tiene en cuenta la necesidad de encontrar cada día áreas de descanso adecuadas, con disponibilidad de agua y forraje seguro. Por este motivo la cañada se desvía, a veces, del curso bajo de un valle y remonta las lomas o cerros próximos -que recorre durante algunos kilómetros; a veces los descansaderos y zonas aptas o más seguras para pasar la noche se encuentran en estos lugares altos-, para descender de nuevo más adelante al mismo valle. Una calzada o carretera no presenta normalmente este tipo de recorridos, sino que sigue la vía más corta y ahorrativo de esfuerzo físico, utilizando, si ello es posible, rutas cercanas al curso del río. En zonas altas próximas a valles, de los que la cañada previamente se ha apartado para luego retornar, se sitúan áreas muy conocidas de descansadero, tal como sucede, por ejemplo, en el Páramo de Cabezón -cerca de Valladolid- o en Las Lomas de Prioro, ambos en la Cañada Oriental. - El trazado de la cañada acomete las cuestas -subida o bajada- por lugares de pendiente muy fuerte, con frecuentes desniveles, superiores al 25 o 30%, que las ovejas bajan directamente a saltos y suben a buen ritmo, mientras une los pastores se ven obligados a superar en zig- zag o línea quebrada. A veces, la carretera o camino pedestre rodea la cabecera de un valle o barranco, manteniendo el nivel horizontal más conveniente, próximo a su cabecera y, sin embargo, la cañada lo atraviesa transversalmente, desciende por su mayor pendiente y remonta la ladera opuesta. - En su aproximación a la montaña, las cañadas buscan en su recorrido la parte alta de lomas amplias o páramos. Discurren por las tierras altas en toda su longitud y evitan las zonas bajas de las vegas fluviales. Tal sucede con las principales cañadas en la provincia de León: recorridos Hojas de Carrizo, de Camposagrado, de León, Payuelo -cordel de El Burgo Ranero- y con el recorrido de la Cañada Oriental a través de los páramos palentinos, al Norte de Carrión de los Condes. - Sin embargo, en las zonas de menor altitud y clima más cálido, la cañada busca para su recorrido valles poco profundos, frescos, con surgencia de acuíferos, que recorre en toda su longitud. Tal es el caso del río Cercos, el arroyo de la Huerga, al Sur del Páramo, o de muchos tramos de las cañadas leonesas en las comarcas centrales de la depresión del Duero. La selección de estas zonas se debe a la existencia en ellas de pastos majadeados y frescos, así como descansaderos amplios con árboles o lugares de sombra. El transcurso por estos cauces poco profundos evita, además, el contacto con las tierras de labor, que ocupan las zonas interfluviales. - En las zonas de montaña, la tierra cultivable o apta para prados regados -de siega- se localiza en elevada proporción en el fondo de valles fluviales estrechos. Cuando la cañada se ve obligada a discurrir por este tipo de valles se adapta a una de sus laderas -la más soleada y despejada de vegetación y roquedo – y la ocupa inclinándose con fuerte pendiente. En esta situación la cañada se deshace en numerosas "sendas de ovejas", por las que los animales transitan a distintas alturas. No es raro que este tipo de terreno pendiente, en el que no se pasta ni se detienes el rebaño, esté ocupado por árboles dispersos –de tipo parque abierto- y arbustos. - Al rodear roquedos o zonas abruptas en la montaña, la cañada, o la parte de la misma mas utilizable, se estrecha en un desfiladero angosto por el que las ovejas discurren casi en fila. En León esto sucede, entre otros lugares, cuando el cordel de El Burgo rodea Peñacorada o el de Babia la Sierra de La Filera. - Si bien es frecuente que sobre la calle principal de algunas poblaciones discurra una antigua vía pecuaria en toda su longitud, sucede, a veces, que la cañada rodea, extrañamente, ciertos pueblos, separándose del núcleo habitado. Cuando esto ocurre se debe normalmente a que la circunvalación buscaba algún descansadero, donde pasaban la noche las ovejas y los pastores. Las merinas abonaban las eras del pueblo, generalmente comunes, o también propiedades particulares y a cambio los pastores eran invitados a cenar en alguna casa. Normalmente eran lugares fijos a los que se acudía por tradición bien establecida.
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